Es intuitiva, es sencilla, resulta atractiva visualmente y se comprende sin problemas de un solo vistazo, más allá incluso de idiomas o diferencias entre culturas, pero… ¿es eficaz? Que los sistema de clasificación de cinco estrellas son prácticos no lo duda nadie. Que sigan siendo útiles en 2023, sí. Cada vez hay más voces que cuestionan la validez de un método que consideran marcado por sesgos importantes. No se trata ya de una cuestión de sinceridad en las respuestas o de precisión, sino de algo mucho más complicado: la polarización y una “devaluación” de las estrellas que parece convertir las notas más altas en el estándar.
La cuestión es muy sencilla: ese último restaurante al que fuiste a cenar con tus amigos porque tenía una valoración de cinco estrellas… ¿se merecía de verdad esas cinco estrellas? ¿Y ese taller al que llevaste el coche por el mismo motivo?
Algunos datos para empezar. No. No son impresiones tuyas. Las cuatro y cinco estrellas campan a sus anchas en los sistemas de calificación online. En 2021 un grupo de investigadores publicaron un estudio en Nature en el que reconocían que “las reseñas son abrumadoramente positivas”. Según sus cálculos y al menos en aquel momento, la valoración media en Amazon.com era de 4,2 estrellas sobre 5, puntuación esta última que se asignaba en más de la mitad de las opiniones.
El panorama era similar en Yelp, donde casi la mitad de las valoraciones eran también de 5 estrellas, y los investigadores citan estudios que muestran que en Uber cerca del 90% de las valoraciones asignan también la nota máxima.
Las valoraciones se marcan una ‘J’. “Una representación visual de la mayoría de las valoraciones online revela una distribución en forma de J, con muchas de 4 y 5 estrellas, unas cuantas de 1 estrellas y pocas intermedias”, abunda el estudio. Un vistazo a los datos de Tripadvisor transmite una sensación similar. En 2019, último año libre del efecto del COVID, la puntuación media de los alojamientos españolas pasaban en todas las comunidades españolas —la única excepción en el territorio nacional era la ciudad autónoma de Melilla— de los cuatro puntos.